“Este cuerpo fragmentado,
término que he hecho también aceptar en nuestro sistema de referencias
teóricas, se muestra regularmente en los sueños, cuando la moción del análisis toca
cierto nivel de desintegración agresiva del individuo. Aparece entonces bajo la forma de miembros desunidos y de esos órganos
figurados en exoscopia, que adquieren alas y armas para las persecuciones
intestinas, los cuales fijó para siempre por la pintura el visionario Jerónimo
Bosco, en su ascensión durante el siglo decimoquinto al cenit imaginario del
hombre moderno. Pero esa forma se muestra tangible en el plano orgánico mismo,
en las líneas de fragilización que definen la anatomía fantasiosa, manifiesta
en los síntomas de escisión esquizoide o de espasmo, de la histeria.”
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